¿Qué impide que un país almacene una cabeza nuclear en un avión comercial y lo detone sobre una ciudad estadounidense?

Después de la caída de la Unión Soviética, se encargó un estudio para estudiar exactamente esta posibilidad y el resultado fue que nada impide que un país realice un ataque como este. En ese momento se temía que el material de fisión de grado de armamento de la Unión Soviética pudiera caer en las manos equivocadas. Ahora, contrario a la creencia popular, se tiene en cuenta todo el material de grado de armas no incorporado en las armas nucleares perdidas.

Sin embargo, hacer que parezca un ataque terrorista no es posible. Cada instalación que crea material de grado de armas tiene una firma específica debido a los procesos involucrados. Puede comparar esto con una huella digital: es única. Por lo tanto, las consecuencias de dicha detonación permitirían a los especialistas identificar la instalación de origen exacta y, por lo tanto, el país que atacó, en cuestión de horas. Como ya no hay material de grado de armas en el mercado negro (en contraste con principios y mediados de la década de 1990), no se puede enmascarar el origen.

Esto no solo es posible sino muy fácil, las únicas razones para no hacerlo serían lo mismo que un lanzamiento territorial. El lanzamiento de un dispositivo nuclear provoca una caída masiva que se propaga por el viento y provocaría represalias.