Si te refieres a la presencia militar estadounidense en el terreno en Irak, Kuwait y Afganistán en la última década y media, están muy interconectados. Gran parte del excedente de material militar se vendió a los gobiernos locales y estatales sin pensar mucho en cómo se utilizarían. Los gobiernos locales vieron la oportunidad de obtener hardware militar con un fuerte descuento y los militares encontraron un nuevo mercado para sus equipos excedentes. Además, muchos organismos encargados de hacer cumplir la ley contrataron a ex miembros militares cuando las guerras en Irak y Afganistán comenzaron a terminar. Esto, junto con la vigilancia más agresiva de delitos menores y la guerra contra las drogas, llevó a las fuerzas del orden a “militarizarse” durante este tiempo. Desafortunadamente, nadie preguntó por qué una junta escolar compraría un vehículo blindado de transporte de personal. Ahora, estamos viendo los efectos de ese descuido.
Si desea obtener más información, The Economist (economist.com) y Vice Magazine (vice.com) han hecho un gran trabajo cubriendo la militarización de la aplicación de la ley y el aumento de la violencia policial, respectivamente.