¿Puede el ejército indio emparejarse con el ejército chino?

Este tipo de preguntas no se pueden responder, se pueden hacer especulaciones.

La verdadera prueba sería en el campo de batalla (y recemos para que no suceda) cuando los hombres serían probados en condiciones cercanas a las inhumanas.

Los ejércitos se ven bonitos cuando combinan con sus elegantes uniformes al ritmo de la música marcial. Pero una guerra es más que un simulacro o un desfile. Es entonces cuando el patriotismo cuenta y los soldados que defienden la tierra son más propensos a convertirse en mártires que los que están en el asalto. Porque quien defiende lo hace para proteger la patria, los ciudadanos, su familia y, sobre todo, el honor de la nación.

Fue este espíritu el que rompió a los alemanes en Leningrado. Fue el mismo espíritu que ganó la “Batalla de Gran Bretaña”. Eso sí, los alemanes tuvieron lo mejor de la guerra cuando comenzó, pero todos sabemos el final de la Segunda Guerra Mundial. El tamaño no importa, como los británicos mostraron al mundo y, más recientemente, los israelíes lo demostraron contra los árabes.

Dejo que los lectores saquen sus conclusiones en función de quién ataca y quién defiende.