Permíteme un hecho:
Cualquier cosa puede convertirse en un arma.
Cuando piensas en un arma, te vienen a la mente cosas afiladas y puntiagudas, pero si se usa correctamente, cualquier cosa puede usarse como arma debido a algunas de las debilidades inherentes del cuerpo y nuestra naturaleza.
Recuerda que las armas como los cuchillos nunca deben verse, sino que deben sentirse. Esto significa que la persona que recibe el impacto del arma ni siquiera debería saber que hay un cuchillo en juego hasta que sienta que lo atraviesa. Entonces, un cuchillo de mantequilla que no ha sido revelado puede ser tan intimidante como cualquier otro cuchillo.
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Si la intimidación no se puede usar, entonces hay ciertos puntos débiles en el cuerpo que el cuchillo puede dañar. Por ejemplo, un cuchillo de mantequilla a través de los ojos o el estómago tendrá el mismo efecto de choque que otros cuchillos (intente esto: coloque un cuchillo de mantequilla en su vientre y empuje suavemente hasta que sienta dolor. Observe la distancia a la que tuvo que empujar el cuchillo antes de sentir el dolor. Ahora piense en que el cuchillo va aún más profundo y en mucho menos tiempo). Sin embargo, debe estar preparado para aprovechar el impacto porque el atacante pronto lo comprenderá y, por lo tanto, estará mucho más consciente de la situación.
Aunque cualquier cosa puede convertirse en un arma, siempre debe usar su sentido común y juzgar su situación en consecuencia (no lleve un cuchillo a un tiroteo). Siempre recuerde que es mejor perder su billetera y teléfono que ser gravemente herido en una pelea. En general, correr es siempre la mejor opción que pelear.
¡Gracias por leer!