Cuando las estrellas se forman por primera vez, solo contienen hidrógeno y pequeñas cantidades de helio. Cualquier otro elemento en la estrella existiría en cantidades mínimas, y seguramente no sería radiactivo. Entonces no esperarías ninguna fisión en absoluto en estrellas normales.
Todo esto cambia si la estrella se convierte en supernova. Durante la explosión, se crean isótopos inestables en cantidades relativamente grandes, y durante un período de varios meses a algunos años pueden dominar la luz de la estrella. La siguiente gráfica muestra la curva de luz de una supernova típica de Tipo I, que sigue de cerca la tasa exponencial de desintegración radiactiva del níquel-56, a través del cobalto-56 a hierro-56. Es probable que esta reacción de fisión no ocurra dentro de la estrella, sino más bien en la capa de gas que se expande rápidamente y que sale de la superficie de la estrella durante la explosión de la supernova.