Los aviones contra la insurgencia son helicópteros de ataque, o ‘Fast Props’: aviones impulsados por hélice que son rápidos y maniobrables, además de puntos de ala dura para sostener municiones. No están obligados a ser demasiado rápidos (de acuerdo con los estándares del jet). La otra demanda principal es que se optimicen para el ataque terrestre. No necesitas RADAR sofisticados ni BVR con insurgentes.
La guerra estadounidense en Vietnam y la guerra soviética en Afganistán fueron pioneras en el uso de tales aviones.
El Douglas A-1 Skyraider tuvo mucho éxito en Corea y, en algún momento, en Vietnam. Este avión de hélice también derribó a un caza a reacción vietnamita (MiG-17) en combate.
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La Cessna A-37 Dragonfly fue volada en gran medida por la efímera Fuerza Aérea de Vietnam del Sur.
La cañonera de helicóptero Mil-Mi 24D ‘Hind’ Helicóptero se cortó los dientes en Afganistán y en dos docenas de conflictos africanos. Uno de ellos, volado por el piloto mercenario sudafricano Neil Ellis, defendió por sí solo la capital de Sierra Leona contra las guerrillas del Frente Unido Revolucionario. Más impresionante? Ellis aprendió a volarlo de un libro manual soviético.
El último en el mercado es el brasileño EMB 314 Super Tucano, adquirido por la naciente fuerza aérea afgana para luchar contra los talibanes.