No, Occidente debería tratar de preservar el tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF), pero si Rusia está decidida a retirarse, o el tratado se desmorona, los países occidentales deben revisar las cuestiones de seguridad europea y el papel de la defensa antimisiles de la OTAN y armas nucleares.
¿Qué pasa si Rusia se retira?
Pero en caso de que las conversaciones no resuelvan las tensiones sobre INF y Rusia se retire, ¿qué sigue?
Primero, Estados Unidos puede revisar sus planes de defensa antimisiles en Europa. En marzo de 2013, EE. UU. Canceló la etapa final de su sistema de defensa antimisiles de ‘enfoque adaptativo por fases’: estaba destinado a proteger contra los misiles iraníes, pero también podía defenderse contra los misiles rusos de corto e intermedio alcance. Las limitaciones de defensa antimisiles siguen siendo una prioridad clave para Rusia, y revisar la expansión podría ser una fuente de influencia en las conversaciones sobre INF.
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En segundo lugar, las instituciones europeas, los gobiernos y los bancos pueden considerar vincular la presión económica y las sanciones a Moscú con el cumplimiento del INF. En Moscú, el dinero habla, y si las sanciones comienzan a morder, la presión por la reversión de la política crecerá.
La OTAN ha evitado las preguntas nucleares durante casi una década, pero ahora es el momento de examinar y responder preguntas clave: ¿son las armas nucleares en Europa un componente clave del elemento disuasorio de la alianza? ¿Y cómo Moscú percibirá cualquier cambio en la postura nuclear de la OTAN? Aproximadamente 150 bombas de gravedad y sus aviones de doble capacidad (DCA) están estacionados en Bélgica, Alemania, Italia, los Países Bajos y Turquía. Muchos de los DCA llegarán al final de su vida útil en los próximos años, y no todos los países anfitriones están de acuerdo con el reemplazo.
Por el momento, la OTAN mantendrá sus armas nucleares. Sin embargo, si los países anfitriones u otros miembros de la OTAN determinan que estos ya no son un componente necesario de su disuasión, la alianza debe examinar otros medios para tranquilizar a los aliados en Europa del Este y enviar un fuerte mensaje a Rusia, como el desarrollo de misiles adicionales. defensas u otras capacidades terrestres.
Nuevamente, estos pasos solo deben considerarse en caso de que Rusia se retire de INF. Por ahora, el objetivo es mantener a Rusia en INF por razones simbólicas y normativas, para evitar el riesgo de una carrera armamentista y para mantener la estabilidad en Europa.